Érase un cómico: Open Mic

Son las 4 de la mañana y no puedo dormir. Acabo de hacer mis primeros 3 minutos en un Open Mic, acabo de aprender qué es un Open Mic. Resulta que es un espectáculo donde la gente va a ver a cómicos que están empezando o a cómicos viejos que vienen a probar cosas nuevas. Sale uno, hace 7 minutos… si le va bien, se hace 10…luego otro busca el aplauso que no llega y se hace 12…o le echan con un aplauso forzado desde el backstage…en fin, divertido.

Cuando he llegado en la calle había mucha gente fumando y dentro me he cruzado con Goyo Jiménez, Miki Nadal y Berta Collado. Estaban tomando copas, a su bola. Miki me ha mirado como riéndose de mí, por las pintas que llevo, debe ser. Ha sido un poco humillante hacerme el sueco y no romperle la puta cabezota que tiene contra el mostrador. Debo canalizar la ira imaginando y recreando la situación en mi mente en lugar de hacerla en la realidad, eso me ha dicho mi psicóloga. Además, acabo de ver la última de Tarantino y, ya se sabe, todo se resuelve a golpes.

A mí me han dicho que sólo puedo hacer 3 minutos. Los 3 minutos se me han pasado volando. He improvisado mi chiste final. Les he dicho a los espectadores: ¿Se os ha hecho corto? Me han respondido al unísono «Síiii». Bueno, alguno ha dicho «Noooo». Y les he contestado, a los del «Sí», bueno, a todos: «Es que ha sido corto».

Al maestro de ceremonias, MC se hace llamar para parecer más americano, pero vaya, que es el presentador de toda la vida, le ha pillado mi despedida fumando en la calle. Debe ser que no tenía muchas ganas de verme y ha aprovechado que no soy nadie. Un poco frustrante sí ha sido, porque me hacía ilusión que me viera, porque tiene muchos y buenos contactos, según me han dicho.

He conocido a mucha gente del mundillo: a Gustavo Biosca, a Enrique el Grande, en fin, a muchos. Creo que ha sido bastante por hoy. Mi vida como cómico ha comenzado casi como en un cuento. Érase una vez…un cómico.